En las remotas islas guaneras que se extienden a lo largo del litoral peruano, el cormorán guanay, un majestuoso pájaro de plumaje oscuro, se alza como un símbolo de la avifauna marina. Sin embargo, una mirada más cercana revela un drama que afecta a estas criaturas: la presencia insidiosa de microplásticos.
El cormorán guanay, un ave marina típica de las islas guaneras de la costa peruana, desempeña un papel esencial en el ecosistema marino. Pero su método de alimentación lo expone a la amenaza de los microplásticos. Estas aves se desplazan en grupos y recorren largas distancias en busca de alimento, principalmente la anchoveta.
Un estudio reciente se centró en analizar los bolos alimenticios de estas aves, revelando la inquietante presencia de microplásticos. Esto convierte a los cormoranes en indicadores del nivel de contaminación plástica en el océano. Los principales tipos de microplásticos ingeridos tienen menos de 5 mm de diámetro y provienen de productos de un solo uso, como bolsas, juguetes, sorbetes y sacos de rafia degradada, entre otros.
Consecuencias
Carlos Zavalaga, director de la Unidad de Investigación de Ecosistemas Marinos de la Universidad Científica del Sur, advierte que la ingestión directa o indirecta de estos diminutos fragmentos de plástico podría tener consecuencias fatales en la mucosa y el tejido digestivo de los cormoranes guanay.
Zavalaga destaca la necesidad de un enfoque más integral. Este debe incluir no solo leyes para reducir el uso de plásticos, sino también una cultura de reciclaje de residuos. «Las personas que visitan las playas deben ser educadas sobre la importancia de no dejar residuos, ya que estos terminan en el mar, contribuyendo a la acumulación de microplásticos», enfatiza.
El estudio también revela que las concentraciones más altas de microplásticos ingeridos por los cormoranes guanay se registran en Lima. Una ciudad densamente poblada con un sistema de gestión de residuos sólidos precario.