Las manifestaciones en Puno han sido un llamado a la renuncia de la presidenta Dina Boluarte, además de otras demandas.
Aunque se esperaba un paro de 24 horas, muchas actividades en Juliaca y Puno transcurrieron con normalidad, lo que generó cierta decepción entre algunos líderes del movimiento. A pesar de ello, se anunció la continuación de las movilizaciones para el viernes y sábado.
En Juliaca, desde tempranas horas, familiares de las víctimas del 9 de enero lideraron la protesta, acompañados por docentes y miembros de diversas organizaciones. Portando una gran «bandera negra y blanca», marcharon por las calles y realizaron un plantón frente al supermercado Real Plaza.
En Puno, trabajadores de construcción civil y jubilados también se sumaron a las movilizaciones, expresando su descontento con la situación actual. Aunque las manifestaciones no paralizaron por completo las actividades, muestran un claro descontento y presión hacia las autoridades.