Arequipa atrapada en el tráfico: Ciudad se ubica entre las más congestionadas de Latinoamérica

Expertos llaman a transformar la cultura vial y repensar el transporte público para enfrentar el colapso urbano.

Arequipa enfrenta una crisis silenciosa que impacta a miles de ciudadanos cada día: el tráfico. Este problema fue uno de los ejes centrales del conversatorio “Transformemos Arequipa desde nuestra identidad”, organizado por el colectivo Comunidad en Marcha, que integran la Universidad Católica San Pablo (UCSP), la Cámara de Comercio de Arequipa y Cáritas. El evento reunió a expertos locales e internacionales para analizar el estado actual del transporte urbano. En ese contexto, se expusieron cifras del TomTom Traffic Index 2024, que colocan a Arequipa como la cuarta ciudad más congestionada de América Latina, solo detrás de Lima, Ciudad de México y Barranquilla. Cada persona pierde en promedio 124 horas al año en el tráfico, y recorrer 10 kilómetros puede tomar más de 30 minutos en automóvil.

El director de Comunidad en Marcha, Juan Carlos Banich, advirtió que estas cifras son desproporcionadas si se considera que Arequipa tiene 1.5 millones de habitantes, mientras que otras ciudades del ranking superan los 10 o 20 millones. Además, compartió que el 68 % de los ciudadanos se moviliza en transporte público, y el 14 % lo hace mediante servicios de taxi, en viajes que suelen tomar entre 30 minutos y una hora. “Antes hablábamos de horas punta, ahora tenemos hora punta todo el día”, señaló, evidenciando la urgencia de cambios estructurales.

La percepción ciudadana sobre el transporte también refleja el descontento general. Según una encuesta de Comunidad en Marcha, solo el 17.4 % de los arequipeños está satisfecho con el transporte público, y apenas el 24.1 % considera que la disponibilidad del servicio es adecuada. Ante esta situación, el conversatorio propuso mirar experiencias exitosas como la de Medellín (Colombia), donde se implementó el modelo de “Cultura Metro”, que integró un sistema masivo eficiente con valores de respeto ciudadano y cuidado del entorno urbano.

Durante el encuentro, especialistas como Adolfo Eslava, Federico Hoyos y Goya Echeverri, invitados desde Medellín, coincidieron en que la transformación del transporte urbano va más allá de la infraestructura, debe incluir un cambio cultural sostenido. La mayor PNP Carmen Arroé, jefa de la División de Tránsito en Arequipa, anunció una próxima campaña de sensibilización sobre normas viales, mientras que el psicólogo Walter Arias, docente de la UCSP, explicó que el comportamiento en las calles refleja una falta de empatía generalizada. “Aquí el peatón tiene prioridad por ley, pero casi ningún conductor se detiene. No es solo desconocimiento, es una cultura que normaliza la infracción”, enfatizó.

A pesar del panorama complejo, hay un punto de partida positivo: el 84 % de los ciudadanos se siente orgulloso de vivir en Arequipa, según el mismo estudio de Comunidad en Marcha. Ese orgullo, señalan los organizadores, podría convertirse en un motor para impulsar cambios reales desde la identidad local. Porque mejorar el transporte urbano no solo depende de obras o buses nuevos, sino también de construir una ciudad donde todos, autoridades y ciudadanos, asuman su parte en el cambio.