El Gobierno británico convertirá en delito animar a otras personas a autolesionarse o a infligirse daño físico en su proyecto de ley para la seguridad online, que ultima estas semanas.
Así, el contenido que fomente de alguna forma el causarse cualquier tipo de daño físico se convertiría así en un nuevo delito tipificado.
Este añadido a la ley –que los sucesivos Ejecutivos conservadores desde el de Boris Johnson llevan impulsando de forma infructuosa desde hace más de un año– responde en buena medida al caso de la adolescente Molly Russell, que causó una fuerte convulsión en la sociedad británica.
Russell, de 14 años, se suicidó en noviembre del 2017 y un juez forense dictaminó que el contenido de diversas redes sociales cumplió un papel relevante en su decisión de quitarse la vida.
De acuerdo con las autoridades del Gobierno británico el proyecto de ley será reforzado con el citado delito, a fin de asegurarse que estos actos viles desaparezcan.