Brasil prohibirá a partir del lunes la entrada de europeos y de numerosos países asiáticos y de Australia, como medida sanitaria para impedir la propagación del coronavirus, según determinó este jueves el gobierno.
La restricción valdrá por 30 días e incluye a los pasajeros de vuelos provenientes de la Unión Europea (UE), Reino Unido, Islandia, Noruega, Suiza, así como de China, Japón, Corea del Sur, Australia y Malasia que no tengan residencia o una justificativa laboral o familiar para ingresar a Brasil, precisó el decreto ministerial.
La asesoría del Ministerio de Justicia, que divulgó la medida, no supo explicar de inmediato por qué la restricción no incluye a Estados Unidos, que ya registra más de 10.000 casos confirmados y 153 muertos por la enfermedad.
Los brasileños natos o naturalizados, así como aquellos extranjeros con residencia en Brasil, o que vengan a reunirse con familiares brasileños, seguirán autorizados a ingresar.
También podrán entrar aquellos profesionales de organismos internacionales que cumplan misión en el país o cuenten con un permiso del gobierno brasileño.
Por la mañana del jueves, el gobierno prohibió la entrada al país por vía terrestre de extranjeros oriundos de Argentina, Bolivia, Colombia, Guayana Francesa, Guyana, Paraguay, Perú y Surinam.
El texto indicó que Uruguay será objeto de una determinación posterior. Bolsonaro ya había anunciado el martes el cierre de la frontera con Venezuela.
Brasil, con más de 210 millones de habitantes, confirmó hasta el momento seis muertos y 621 contagios de COVID-19.
El gobierno brasileño adoptó esas decisiones después de que Argentina, Chile y Colombia cerrasen todas sus fronteras terrestres, marítimas y aéreas para evitar un impacto mayor de la COVID-19.
El presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, consideraba a inicios de mes que la crisis sanitaria mundial estaba “sobredmensionada” y dijo en varias ocasiones que veía en ella un fondo de “histeria” mediática.
Pero bajo la presión de líderes del Congreso, de la Corte Suprema y de empresarios, el gobierno comenzó a tomar medidas más fuertes.
Rio, a partir del sábado sin playas
También los gobernadores de los estados empezaron a actuar por cuenta propia.
El estado de Rio de Janeiro y la ciudad de Sao Paulo, principales focos de la pandemia en Brasil, ya se habían declarado el viernes pasado en “estado de emergencia”, suspendiendo las clases y restringiendo los servicios comerciales y el uso de los transportes públicos.
Rio, un centro turístico mundial, anunció además este jueves que a partir del sábado cerrará por un periodo inicial de 15 días la circulación en las playas, así como el funcionamiento de bares y restaurante.
El decreto determina igualmente la suspensión de enlaces aéreos, marítimos y terrestres con otros estados brasileños donde se hayan declarado casos del coronavirus, pero estas medidas deben ser refrendadas por las autoridades federales.