Celda de Sor Juana de San José Arias: “Una monja que cargó una cruz y vivió en santidad”

El espacio muestra la vida espiritual de una monja orureña cuya devoción extrema marcó la historia en el Monasterio Santa Catalina.

El Monasterio de Santa Catalina, ha incorporado un nuevo ambiente a su recorrido patrimonial. Se trata de la celda de Sor Juana de San José Arias, una monja natural de Oruro que vivió y murió en el convento en el siglo XVII. La apertura de este espacio no solo permite conocer de cerca su vida mística, sino que también rescata un capítulo fundamental de la historia religiosa en la región. El recinto, ambientado con fidelidad histórica, invita a los visitantes a experimentar la intensidad espiritual de una mujer que entregó su existencia a Cristo.

Sor Juana nació en Oruro y fue hija de Don Juan Arias y Doña María Cortona. A los 16 años, guiada por un profundo amor a Cristo, tomó el hábito el 15 de agosto de 1674 y profesó solemnemente el 8 de septiembre de 1685. Se destacó por su entrega total a la meditación y al sacrificio físico como expresión de fe. “Ella meditaba, contemplaba, se hacía flagelar, se hacía sujetar a una cruz, ella ofrecía todos esos dolores, esos sufrimientos de la pasión del Señor”, relató la Priora del Monasterio, Rosa Elvira Cáceres. Esa devoción incondicional la llevó a experimentar en carne propia los padecimientos de Jesús, como un acto de unión con su pasión.

Su muerte fue considerada por las religiosas como un hecho prodigioso. Sor Juana falleció el 15 de septiembre de 1691, no por enfermedad, sino según se consigna en los archivos del monasterio por “puro amor de Dios”. Fue hallada en actitud de oración, con los ojos abiertos y un rosario entre las manos, como si simplemente hubiera “dormido en Dios”. El retrato tomado después de su tránsito muestra “la serenidad de su semblante y la luz”, una imagen que quedó grabada en la memoria del convento y que hoy forma parte de la historia sagrada del lugar.

Restauración y otros proyectos

La restauración de la celda fue posible gracias al minucioso trabajo de los hermanos Erika y Franz Grupp, especialistas en conservación de patrimonio cultural. Ellos se encargaron no solo de investigar y reconstruir el espacio, sino también de elaborar una imagen en tamaño real de Sor Juana, basada en los documentos históricos del archivo del monasterio. Además, diseñaron su indumentaria religiosa y colocaron objetos auténticos que reflejan su paso por Santa Catalina. Uno de los elementos más representativos del lugar es una recreación de la pesada cruz que, según la tradición, Sor Juana trajo cargando desde Oruro. “Fue un prodigio también de esa caminata que ella hizo, porque aquí en el monasterio ni dos hombres podían moverla”, añadió la Priora.

La celda forma ahora parte del recorrido habitual del monasterio y ya está abierta al público. “Hoy día ya queda aperturada esta celda a la cual todos pueden acceder y visitarla”, señaló la Priora Cáceres. Además, anunció que pronto se abrirá otra celda dedicada a la madre Manuela Rita, una monja reconocida por sus dones de visión y profecía. Si bien actualmente no existe un proceso de beatificación para Sor Juana, el monasterio conserva el registro de 21 religiosas que destacaron por su vida de santidad. Esta apertura no solo honra su memoria, sino que también fortalece el valor del patrimonio religioso como fuente viva de fe e identidad cultural.

Erika y Franz Grupp, especialistas en conservación de patrimonio cultural. También realizaron trabajos de restauración en la celda de Sor Ana de los Ángeles.