Entre enero y mayo, meses que coincidieron con los peores momentos de la pandemia del COVID-19 en este pequeño reino del Sudeste de Asia, Camboya exportó 876,612 bicicletas, un incremento de 26% respecto al mismo periodo del 2019, según datos recientes del Departamento camboyano de Estadística.
Un aumento que según Lim Heng, vicepresidente de la Cámara de Comercio de Camboya, continuará a lo largo del presente ejercicio.
Más del 70% de las bicis ensambladas en estos primeros cinco meses tenían como destino el mercado de la UE, a donde Camboya exportó en el 2018 alrededor de 1.52 millones de bicicletas, un mercado valorado en US$ 331 millones (290 millones de euros), lo que supone un 18% de la importación de bicicletas del bloque, conforme a los últimos datos publicados por el Banco Mundial.
Con estas cifras el reino camboyano, que también cuenta con importantes exportaciones a Estados Unidos y Canadá, se ha colado entre los cinco exportadores mundiales junto a China, Taiwán, Holanda y Alemania.
Demanda mundial en aumento
La pandemia del COVID-19 ha disparado la demanda de bicicletas a nivel mundial y en especial en el norte de Europa, lo que, según analistas de la UE, se traducirá en una mayor demanda en Camboya, donde otras industrias vitales para el país, como el sector textil, se han visto duramente golpeadas por la crisis económica mundial derivada de la propagación del nuevo coronavirus.
El fabricante de bicicletas taiwanés A & J, con una producción anual de unas 550,000 unidades, comenzó a trabajar en el 2006 desde la zona económica especial de Bavet, cerca de la frontera con Vietnam y donde cuenta con unos 1,800 trabajadores.
El 75% de la producción está destinada a la UE, mientras el 20% va a Estados Unidos y Canadá, con un 5% restante hacia otros países, apunta el director ejecutivo de la compañía, Jon Edwards.
El director de A & J comenta, mediante correo electrónico, que uno de los incentivos para establecerse en el país del Sudeste Asiático es la importación libre de impuestos que la Unión Europea mantiene con Camboya gracias al del programa Everything But Arms (Todo Salvo Armas).
La UE revisó el pasado 12 de febrero este trato comercial preferente que garantiza un acceso libre de impuestos al mercado europeo de cualquier exportación, excepto armamento, en respuesta al deterioro de la situación de los derechos humanos en Camboya.
Aunque finalmente Bruselas optó por limitar la restricción al sector textil, calzado y del azúcar -lo que corresponde a un quinto de las exportaciones a la Unión Europea-, pero del que se libró la floreciente industria de la bicicleta.
La producción durante la pandemia del COVID-19 se vio al principio alterada “varias semanas” por la carencia de algunas piezas debido a problemas en la cadena de suministro, admite el fabricante, quien apunta que ya han regresado a la normalidad.
“La demanda cayó al principio debido a la conmoción mundial (por la pandemia), pero ya se ha recuperado porque las personas optan por la bicicleta como sustituto del transporte público”, apunta el director de A & J.
“La gente ha permanecido confinada en sus hogares y ahora (con la fase de desconfinamiento) podrán realizar más ejercicio. Además, muchos han cancelado sus vacaciones por lo que disponen de más dinero”, remarca el fabricante.