Violeta, madre soltera de 35 años, regresó a casa después de haber enfrentado una de las etapas más duras de su vida. Luego de más de tres meses hospitalizada en el Hospital Goyeneche, superó una condición cardíaca congénita grave llamada Ductus Arterioso Persistente, un diagnóstico que pudo haberle costado la vida. Esta enfermedad, que provoca insuficiencia cardíaca y pulmonar, se origina cuando una arteria que debería cerrarse al poco tiempo del nacimiento, permanece abierta, generando una comunicación anómala entre la aorta y la arteria pulmonar.
La emergencia comenzó el pasado 10 de febrero, cuando Violeta fue internada de urgencia con un cuadro de insuficiencia cardíaca y respiratoria. Su estado era crítico, ingresó a la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) con un shock vasodilatador y cardiogénico. Durante dos meses, permaneció conectada a un respirador mecánico, recibiendo medicación constante para estabilizar su sistema respiratorio. Su cuerpo luchaba contra el colapso, mientras un equipo multidisciplinario la mantenía con vida.
Una vez estabilizada, los médicos iniciaron la etapa más compleja: una cirugía cardiovascular a corazón abierto. El 13 de marzo, el Dr. Jhonny Castillo Moreano, cirujano torácico, lideró una intervención delicada junto a su equipo. Dado que su condición no permitía el traslado a otro centro médico, optaron por aplicar una técnica poco común en estos casos «el clipaje». Este procedimiento, normalmente utilizado para cerrar aneurismas, permitió sellar el defecto cardíaco sin poner en mayor riesgo su vida.
Tras el esfuerzo conjunto de médicos, enfermeras, técnicos y personal especializado del hospital, Violeta logró superar el momento más difícil. Hoy, sonríe con emoción al reencontrarse con sus hijos de 14, 12 y 9 años, a quienes no veía desde hace más de tres meses. “Ustedes me han salvado la vida”, expresó emocionada a los profesionales que la acompañaron durante todo el proceso.
