El cardenal Robert Francis Prevost ha sido elegido como el nuevo líder de la Iglesia Católica, asumiendo el nombre de León XIV. Su elección marca un hecho histórico para el Vaticano y para América Latina, ya que se trata del primer Papa con doble nacionalidad estadounidense-peruana. Con 69 años, León XIV asume el pontificado en un momento clave para la Iglesia, heredando un legado de reformas y diálogo que caracterizó al papado de Francisco.
De Chicago a Chiclayo Perú
Nacido en Chicago en 1955, el nuevo pontífice inició su camino religioso en Estados Unidos, pero fue en Perú donde forjó gran parte de su vocación pastoral. En 1985, apenas tres años después de ordenarse sacerdote, llegó a Trujillo como misionero agustino. Dirigió el seminario de Trujillo durante una década y, años después, asumió el cargo de obispo de Chiclayo. Su fuerte compromiso con la Iglesia peruana lo motivó a solicitar y obtener la nacionalidad peruana en 2015, lo que consolidó un lazo profundo con el país andino, que hoy muchos peruanos celebran con orgullo.
Prevost ya contaba con una presencia destacada en la Curia Romana antes de convertirse en Papa. Ejerció como prefecto del Dicasterio para los Obispos, donde supervisó directamente nombramientos clave a nivel mundial. También lideró la Pontificia Comisión para América Latina y ocupó la vicepresidencia segunda de la Conferencia Episcopal Peruana entre 2018 y 2023. La Iglesia reconoció su labor pastoral y administrativa por su estilo reservado pero firme, y por una marcada capacidad de escucha.
León XIV hereda una Iglesia marcada por el impulso reformista de su antecesor. Colaborador cercano del Papa Francisco, el nuevo pontífice ha mostrado afinidad con los valores de justicia social, apertura y descentralización que definieron el último pontificado. No obstante, también se espera que imprima su propio estilo, guiando a la Iglesia con equilibrio en medio de los desafíos contemporáneos, como la secularización, las crisis sociales y la necesidad de mayor transparencia interna.