Investigadores de Arequipa descubren una nueva especie de lagartija

Liolaemus misti, registrada por investigadores de la UNSA, es endémica de los Andes y destaca por su adaptación a condiciones extremas.

Un equipo de investigadores del Museo de Historia Natural de la Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA) logró identificar y describir una nueva especie de lagartija altoandina, a la que denominaron Liolaemus misti, en honor al emblemático volcán arequipeño. Este descubrimiento, que aporta significativamente al conocimiento de la biodiversidad regional, se realizó en zonas comprendidas entre los 4,135 y 5,400 metros sobre el nivel del mar, cerca de la Reserva Nacional Salinas y Aguada Blanca.

Además, el hallazgo fue posible gracias al trabajo conjunto de especialistas de la UNSA con investigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos (UNMSM) y de las universidades estadounidenses de California (Channel Islands) y Florida International University (FIU). De acuerdo con los resultados, el equipo confirmó que esta especie, que anteriormente se confundía con Liolaemus aff. tacnae, posee el récord de altitud más alto reportado para lagartijas en el mundo, según investigaciones previas publicadas en 2021.

Revista científica alemana

La investigación, publicada recientemente en la revista científica alemana Salamandra Journal of Herpetology, destaca características únicas de esta especie: su pequeño tamaño (menos de 50 mm desde el hocico hasta la cloaca), un patrón de color dorsal muy particular y la ausencia de quillas en las escamas de los muslos. Estos rasgos morfológicos y merísticos la distinguen de otras especies del mismo grupo, como Liolaemus walkeri. La investigadora Amaranta Canazas Terán, parte del equipo de la UNSA, explicó que el estudio se inició en 2019 y representa un avance clave en la comprensión de los reptiles altoandinos.

Actualmente, Arequipa alberga 20 especies de reptiles, de las cuales 13 son lagartijas. Con Liolaemus misti, ya son seis las especies de este género que se consideran endémicas de la región, lo que subraya la importancia de conservar estos ecosistemas frágiles y poco explorados. Además, para los científicos, el conocimiento de estas especies permite desarrollar mejores políticas de conservación y medir el impacto del cambio climático en hábitats de alta montaña.