Un grupo de docentes de la Universidad Nacional de San Agustín (UNSA) protagonizó una protesta contundente en el frontis del Rectorado, donde se desangraron y se encadenaron como forma de presión. Los educadores, organizados por el Sindicato Unificado de Docentes de la UNSA, exigen el respeto de beneficios laborales.
Roger Tahua, secretario general del sindicato, destacó que el paro de 48 horas es una medida en respuesta a las recientes decisiones de las autoridades universitarias, quienes, según los docentes, intentan revertir un incremento salarial que se logró tras una larga lucha. «El año pasado, en un laudo arbitral, obtuvimos un pequeño aumento después de diez años de esfuerzo, pero ahora las autoridades intentan interpretarlo como un beneficio con duración limitada a solo un año», señaló Tahua.
Los docentes aseguran que las autoridades universitarias no cumplen con lo dispuesto en el laudo arbitral y buscan eliminar un aumento que tardaron diez años en conseguir. Ante esta situación, esperan que la comisión encargada de revisar el caso presente su informe para que se discuta en el Consejo Universitario, programado para el 19 de diciembre. Sin embargo, los trabajadores consideran que este plazo es excesivo y no descartan escalar la protesta a una huelga indefinida si no atienden sus demandas.
El próximo 10 de diciembre, los docentes sindicalizados se reunirán para evaluar la posibilidad de radicalizar sus medidas de lucha. Tahua advirtió que si el calendario académico se ve afectado por las demoras, la responsabilidad recaerá únicamente sobre las autoridades universitarias. Con más de mil sindicalizados en espera de una solución, la paralización de labores académicas continúa, afectando las actividades educativas en la universidad.