Esta tarde, en las cercanías de la emblemática Plaza de Armas de Arequipa, se desarrolló un inusual incidente cuando un taxista fue intervenido por la Policía Nacional del Perú. En un intento desesperado por evitar que los agentes se llevaran su vehículo al depósito municipal, el taxista suplicó y llegó a arrodillarse ante uno de los patrulleros, con lágrimas en los ojos. Pues lamentablemente había infringido la ordenanza municipal del plaqueo.
La situación llamó la atención de los numerosos transeúntes que se encontraban en la zona, quienes se solidarizaron con el conductor y se sumaron a su pedido. La intervención policial también involucró a una inspectora que retuvo la documentación del taxista.
La presión de los pobladores y el dramático pedido del chofer lograron detener momentáneamente el curso de la acción policial. Además, llegó al lugar un abogado conocido que brindó apoyo al taxista y logró recuperar sus documentos.
Finalmente, la Policía solicitó al taxista que lo acompañara a la comisaría para resolver su situación. La razón de la intervención policial se debió a la posible falta de autorización para circular en el Centro Histórico, posiblemente relacionada con las restricciones de ‘plaqueo’ impuestas por la Municipalidad Provincial de Arequipa.