La donación voluntaria de sangre es una acción fundamental para salvar vidas en situaciones de emergencia. Sin embargo, a pesar de su importancia, Perú aún enfrenta serios desafíos en cuanto a la cantidad de donantes, lo que pone en riesgo a miles de pacientes que requieren transfusiones, como mujeres con complicaciones durante el embarazo, víctimas de accidentes y personas con enfermedades graves como el cáncer. Con el fin de enfrentar esta problemática, diversas instituciones de salud y autoridades locales se han unido para llevar a cabo la II Donatón de Sangre, que se celebrará este 22 de noviembre en Arequipa.
La Universidad Nacional de San Agustín de Arequipa (UNSA) será la sede principal de esta jornada solidaria, ofreciendo tres puntos de donación en sus instalaciones: el comedor del área de Sociales, el primer piso de la Escuela de Ingeniería Ambiental y el pabellón de Medicina. El evento, organizado bajo el lema «Ama, dona, vive», contará con el apoyo de los bancos de sangre del Hospital Carlos Alberto Seguín Escobedo, el Instituto Regional de Enfermedades Neoplásicas del Sur y el Hospital Regional Honorio Delgado, instituciones clave para asegurar el éxito de la campaña.
Responsabilidad
La Dra. Sonia Mercedes Neves Murillo, jefa de la Oficina Universitaria de Responsabilidad Social, destacó la importancia de esta colaboración interinstitucional. «Es fundamental trabajar juntos para garantizar la seguridad transfusional y salvar vidas. La UNSA no solo ofrece su infraestructura, sino que también asume el liderazgo en este esfuerzo conjunto, promoviendo un acto de amor que puede marcar la diferencia para miles de familias», señaló.
Desde las 8:00 a.m., los donantes podrán acercarse a los puntos establecidos en la UNSA, donde serán recibidos por equipos médicos capacitados. Esta iniciativa busca no solo aumentar la cantidad de donaciones voluntarias, sino también sensibilizar a la comunidad sobre la importancia de establecer una cultura de donación periódica. En 2023, Perú alcanzó apenas un 15.69% de donaciones voluntarias, una cifra que, aunque mejoró, sigue siendo insuficiente para cubrir las necesidades del país.